viernes, 14 de noviembre de 2014

César Rincón: "Nunca he vendido un encierro que se anuncie como corrida de toros y sean novillos"


Ganadería Las Ventas del Espíritu Santo de Colombia, reseña y video

- Reseña tomada del libro "El Toro de Lidia en Colombia", de la Federación de Ganaderos Colombianos, FEDEGAN, compartida por el caleño Brian Orozco, especialista en la cabaña brava del país cafetero

- Video del apartado de los toros para Cutervo, con César Rincón y los organizadores de la Feria San Juan Bautista 2012 en medio de los astados, en el que el célebre matador explica porque no vende novillos adelantados, como si fueran toros

La ganadería las Ventas del Espíritu Santo ya debutó en el Perú, en Cutervo, Cajamarca, donde indultó un toro en junio de 2012. Este domingo 16 de noviembre se presentará por primera vez en la histórica plaza de Acho.

Si manda a Lima toros con edad, la cuarta corrida de la Feria del Señor de los Milagros podría valer lo que cuesta en la taquilla pues solo habrá que esperar que luzcan su casta frente a tres gallos: Finito de Córdoba, Miguel Ángel Perera y Alejandro Talavante, nada menos.

Fundación: 1993.
Antigüedad: Cali, Plaza de toros de Cañaveralejo, 27 de diciembre de 1998.
Propietario: César Rincón Ramírez.
Ubicación: Vereda El Sinaí, Albán, Cundinamarca. / Carmen de Apicalá, Tolima.
Divisa: Amarillo, azul y rojo.
Encaste: Parladé.
Líneas: Domecq.
Procedencias: Marqués de Domecq, Jandilla, El Torreón, Victoriano del Río (España).




Cuando César Rincón se distanciaba diez, doce o, tal vez, quince metros de la cara del toro, y adelantaba la muleta hasta lo que diera la extensión de su brazo, provocando con su cite, y con la voz, la embestida del animal, los públicos del mundo se estremecían.

Si el toro atendía esa invitación, prendía galope y se zambullía en busca de la muleta, pocos podían contener la emoción. Esa imagen, que repitió durante casi 25 años en Colombia, América y Europa, no sólo fue uno de los fundamentos de su tauromaquia, sino que lo llevó a convertirse, desde la década de los 90, en máxima figura del toreo.

Contarlo y repetirlo es tarea sencilla. Pero que ese milagro se produjera no era rutina ni cuestión de todos los días. Porque, en principio, era indispensable que un toro lo permitiera. Que su instinto y bravura lo alentaran a perseguir el engaño y, por gracia de las distancias, embistiera de la forma más emotiva de cuantas existen: al galope.

Esas condiciones, difíciles de encontrar en un toro de lidia, son las mismas que César Rincón está dispuesto a inmortalizar, seleccionar y conservar, ahora como ganadero. Y el toro cuyas condiciones le permitieron ser máxima figura del toreo, es el mismo que gusta de criar en Las Ventas del Espíritu Santo.

"A mí me emociona el toro que galope, que humille, que tenga recorrido y que, al mismo tiempo, tenga bravura y nobleza. Dentro de todos los comportamientos de un toro, el que más me emociona a mí es ver un toro galopar y acudir a los engaños".


Pero, más allá de que esas características fueran las que más se acoplan a su concepción del toreo, César confiesa que su búsqueda como ganadero se concentra en el "respeto" hacia el toro. "En los terrenos que conocí del toro de lidia, observé que necesita unas distancias fundamentales, su espacio y sus tiempos, para que pudiera expresar lo que llevaba adentro. En ese contexto, quiero siempre imprimir esa 'personalidad' al toro".

'Personalidad' que decidió moldear, desde 1993, cuando fundó el hierro de Las Ventas del Espíritu Santo, nombre que, además, sirvió como un homenaje a la plaza y la afición que lo encumbraron a la gloria.

En ese año, César, aprovechando su amistad con varios de los más prestigiosos ganaderos de España, trajo a Colombia vacas y sementales del Marqués de Domecq, Jandilla, Victoriano del Río y El Torreón, hierro este último que, a finales de los 90, compró en su totalidad a Felipe Lafita, convirtiéndose en la primera ganadería española propiedad de un ganadero colombiano.


Estas procedencias no fueron casualidad. Del Marqués de Domecq -dice César- "me gustaba siempre que era un toro que galopaba mucho, pero tenía un gran defecto: no humillaba". Sin embargo, en Jandilla encontró eso que le hacía falta. "Veía un toro más bravo, que humillaba más y se empleaba en los tres tercios".

El broche de esta alquimia fue con sangre de El Torreón, pues, como el propio ganadero admite, le permitió encontrar dos características muy anheladas: nobleza y profundidad de las embestidas. "Esas características son las que me han llenado como ganadero y aficionado".

Los sementales que, en esa década, empezaron a marcar la trayectoria de Las Ventas fueron cuatro: 'Irritado' (Jandilla); 'Ramito', 'Jungla' y 'Nueva Ropa' (Marqués de Domecq), siendo este último, e 'Irritado', los que mejores resultados dieron en criterio del ganadero.

Una saga de sementales que, en muy poco tiempo, tuvo continuidad con una importante descendencia, pues, nacidos en Las Ventas, han sido casi 15 los sementales que han refrescado la sangre de la ganadería.


Los nuevos sementales fueron encontrados y evaluados por César Rincón, a través de tres diferentes caminos de selección. El Primero, y el más apetecido por el ganadero, bajo la lupa de las hechuras o características físicas, y la reata -la información de la familia de la que procede-. César defiende este criterio, si se complementa con una exigente evaluación a sus hijos, vacas y novillos, en cada uno de los tentaderos.

Ese es el caso del semental 'Titulado', un toro del que César se enamoró, tanto de su fenotipo como de su procedencia, y, sin tentarlo ni enviarlo a la lidia en una plaza de toros le apartó un lote de vacas para que las 'cubriera'. Sus primeros resultados, en las características de bravura de sus crías, le dieron el visado para continuar en la ganadería.

El segundo criterio de búsqueda de sementales, utilizado en Las Ventas del Espíritu Santo es, precisamente, el tentadero. son los casos de 'Gracioso', número 38, y 'Extraviado', este último procedente de El Torreón.

El tercer criterio de selección es el indulto en las corridas. Un examen también exigente, pues da por entendido que superó ya las exigencias del ganadero y complació los gustos de un público, tras una lidia formal y pública.

Desde 1998, año en que se lidió la primera corrida de Las Ventas, esta ganadería ha tenido, quizás, un récord sin precedentes de toros indultados. En menos de 10 años la lista de toros que han salvado su vida en la plaza supera la decena. Pero en los registros del ganadero, tienen lugar de privilegio 'Abogado', indultado por César Rincón en Manizales; 'Clavellino', indultado por Luis Bolívar en Manizales, 'Plebeyo', por el mismo César en Bogotá; 'Desaparecido', por Enrique Ponce en Bogotá; 'Seminarista', por Manuel Caballero en Duitama; y 'Gracioso' por Sebastián Vargas en Bogotá.

Pero eso es apenas el punto de partida para Rincón. Pues, hacia delante, la evaluación a la descendencia del animal se hace cada vez más exigente, y para el ganadero se convierte en el verdadero examen de calidad de los respectivos sementales.

Las pretensiones, o los objetivos del ganadero César Rincón, van más allá de imprimirles 'personalidad' a sus toros. Sueña con crear un encaste propio y definido. Que el toro de Las Ventas se reconozca con sólo verlo, y tenga un comportamiento único y diferente en el ruedo.

"Es casi un imposible. Porque no pienso sólo en mí, sino en las generaciones. Hay ganaderías en España de las que me gustaría tener ese sello característico, como la de Torrestrella. Hay un sello característico en Juan Pedro Domecq, o en Victorino Martín. Son tipos de toro que se han convertido en encastes propios, a base del estudio de una misma genética, pero también del gusto que van teniendo por determinado tipo de toro. Y ese toro, cuando sale al ruedo, expresa un poco el sentimiento que tiene el ganadero. Eso me encantaría. Pero sé que mi vida va ser muy cortica para imprimirle un sello a la ganadería, que es mi anhelo".

VIDEO: "Creo que es muy importante que tengan ustedes la certeza de la edad del toro" César Rincón 



"Mis toros, como lo pueden ver ustedes son de más de cuatro años. Creo que lo más importante de cualquier evento es que, cuando se anuncien corridas de toros, éstos, para que lleguen a su mayoría de edad, tiene que transcurrir más de cuatro años. Cuando el toro tiene los cuatro años cumplidos, se les ve la seriedad, pero cuando tiene mucho más de cuatro años al toros, como se dice, "se le ve la barba" y de eso intentamos que se trate.
Nunca he vendido un encierro que se anuncie como corrida de toros y sean novillos. Creo que es algo muy importante, que tengan ustedes la certeza de la edad. Luego el toro podrá ser más grande o no... en mi ganadería el toro es pequeño, no es un toro grande. El toro de lidia puede ser pequeño, pero la edad, sí tiene que cumplir un reglamento, que establece los cuatro años cumplidos, porque con tres años se puede lidiar en novilladas con picadores y con dos años se lidia en becerradas, que son novilladas sin picadores..."

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